Nací y crecí en Guatemala, junto a mis tres hermanas. Nuestros padres nos enseñaron sus creencias y valores, incluyendo la importancia de establecer metas y enforzarse para alcanzarlas.
Empecé a practicar karate a los 5 años. Las artes marciales fueron una escuela de disciplina y perseverancia — una de las constantes más importantes de mi niñez. Me dieron la oportunidad de viajar por Centro América y competir en torneos internacionales junto a increíbles atletas.
Me demoró más de una década, pero finalmente a los 17 años alcancé cinta negra. Recuerdo todavía la sensación de satisfacción y felicidad al recibir el reconocimiento por el cuál luché toda mi infancia.
Luego de graduarme de secundaria, tuve la oportunidad de matricularme en SMU. Una universidad pequeña y familiar, ubicada en la ciudad de Dallas en Texas, donde cultivé muchas amistadas con personas de principios y valores alineados a los míos.
En la segunda semana de clases conocí a la mujer de mi vida, sin embargo circunstancias nos forzaron a esperar casi dos años antes de iniciar una relación. Hoy día es mi esposa y tenemos unas hermosas mellizas, a quienes esperamos poder educar para que sean mujeres independientes y capaces de lograr todo lo que se propongan.
Estudié en la escuela de negocios, con una especialización en administración de sistemas de información. El currículo era más orientado a la administración de negocios, que al aprendizaje programación avanzada, pero me preparó para mis primeras experiencias como emprendedor.
Identifiqué una solución tecnológica que no existía en mi país y tomé la iniciativa de importar la plataforma a Guatemala. La idea era sencilla: introducir una innovación en la gestión de venta y mercadeo de tarjetas de regalo, utilizando de terminales que usaba en Texas para comprar tarjetas para llamadas de larga distancia.
Lograr que el negocio fuera comercialmente viable no fue sencillo. Solamente colocar la primera terminal demoró más de 6 meses. Con mucho esfuerzo logramos desarrollar una red de más de mil terminales y miles de transacciones mensuales de tarjetas de regalo, minutos de planes de celular y otras.
Me mudé a Panamá después de graduarme de una maestría en el INCAE, por razones profesionales y personales. Mi búsqueda de trabajo en Panamá me llevó a mi primer trabajo en el mundo de banca de inversión: abrir una oficina de Grupo IDC en Panamá.
Liderar el proceso de entrada al país fue un enorme reto, pero también una oportunidad de crecimiento. El dinamismo y constante aprendizaje que requiere esta industria me cautivó. Además, me permitió conocer y trabajar de cerca con empresarios y profesionales — entre ellos a Robbie, con quien tuve la oportunidad de colaborar en múltiples mandatos.
El éxito en la banca de inversión requiere mantener la vista en el largo plazo. Cada proyecto es una inversión que implica ciertos riesgos y no siempre el tiempo invertido en cada mandato lleva al desenlace esperado. Hay que poder ver más allá de las desilusiones y apostarle a cultivar relaciones y conocimientos para futuros proyectos.
En paralelo a mis pasos en la banca de inversión, he emprendido en otros negocios en Panamá. Junto con mi roommate de la universidad representamos algunas marcas de productos eco-amigables y a una de las marcas más importantes de ciclismo en el mundo.
Specialized Panamá
Socio y cofundador
Grupo IDC
Country Manager (Guatemala/Panamá)
High Traffic Media
Gerente General
PTP Latinoamérica
Socio y fundador
Maestría de Administración de Empresas (MBA)
INCAE Business School
Licenciatura en Gerencia de Sistemas de Información
Southern Methodist University (SMU)
